3.3 Productores de desigualdad
Decimos que las desigualdades son siempre producto de actividades humanas. De manera general podemos distinguir tres “productores” de desigualdad: El Mercado, la sociedad y el Estado. Basados en diferentes intereses y/o esquemas culturales o percepciones generan desigualdad a través del establecimiento de ciertas instituciones informales (no-codificados) o formales (codificados). Una vez que las desigualdades sociales se fijan en las normas sociales o en las instituciones políticas (leyes, políticas públicas discriminatorias, etc.) se alargan y persistirán en el tiempo produciendo "desigualdades duraderas" como las denomina la literatura sociológica (Tilly 1998, ver también Therborn 2013) o "trampas de desigualdad" como las denomina la comunidad internacional del desarrollo (Rao 2006).
Mientras el mercado ha recibido mucha atención como productor de desigualdad de parte de los economistas, el Estado es muchas veces concebido como un nivelador de desigualdad (a través de sus instrumentos de redistribución y su capacidad regulativa). Sin embargo, son también los actores estatales que a través de su comportamiento informal y también a través de la formalidad (es decir a través de leyes) pueden producir o perpetuar desigualdad.