Unidad 8: Entrevistar a las élites
Los estudiantes o académicos que quieren entrevistar a grandes empresarios, políticos reconocidos, directivos de grandes asociaciones, celebridades o miembros de escuelas de élites, se mueven por un espacio que habitualmente no es el suyo ni les resulta familiar. Ello despierta sentimientos de temor e incertidumbre a la hora de diseñar y hacer una entrevista. ¿Cómo me dirijo a esta persona de las élites? ¿Podré preguntarle sobre esto tan personal? ¿Me hablará de casos de corrupción? ¿Grabo la entrevista? ¿Le puedo pedir que me firme un consentimiento informado? Todas estas inquietudes son normales, y un camino para reducir la incertidumbre de entrevistar a las élites es preparar muy bien la entrevista. A continuación presentamos diversas recomendaciones para entrevistar a las élites. No son verdades absolutas sino consideraciones para estar preparado. Como las élites siguen siendo seres humanos, estos consejos también aplican para entrevistar a otras personas.
1.
A la hora de diseñar la entrevista debemos de tener muy claro nuestra pregunta de investigación. Parece algo obvio, pero cuando entrevistamos a las élites es todavía más importante ya que el tiempo de un gran empresario o alto cargo político es reducido, y probablemente solo tendremos una oportunidad de charlar con él. Por ello, las preguntas que hagamos en la entrevista deben permitirnos recolectar datos para alcanzar nuestro objetivo de conocimiento.
2.
¿Preguntas abiertas o preguntas semicerradas? Las élites tienen un alto capital humano y cultural por lo que suelen ser personas que se saben expresar, y esto lo debemos aprovechar. Se recomienda por ello el uso de preguntas abiertas que ofrezcan la oportunidad al entrevistado de expresar matices y generar discusiones. Al mismo tiempo se enfatiza preparar preguntas específicas antes que generales para hacer reflexionar al entrevistado.
3.
Como el tiempo es limitado, y las respuestas pueden ser largas debido a la alta experiencia y conocimiento de las élites, se aconseja realizar interrupciones cuando la conversación pierda el rumbo o los propósitos que persigue el entrevistador.
4.
Como suele haber distancia cultural y diferentes registros lingüísticos entre el investigador y las élites, es preferible el uso de lenguaje neutro y no ideológico.
5.
El conocimiento que tienen las élites, al ser las élites una minoría, pocos tienen acceso a él. Las élites son conscientes de este poder y suelen ser cautos en revelar información. Por ello se debe trabajar muchísimo las preguntas de la entrevista para que permitan al entrevistado sentirse cómodo contando información privilegiada.
6.
Solicite conocer la opinión del entrevistado sobre asuntos relevantes, y no sobre la vida privada. Cuando solicitamos una entrevista a una persona, esta piensa dos cosas: qué quiere saber de mí, y por qué le interesa entrevistarme a mí y no a otra persona. Debido a que las elites tienen hermetismo en hablar de asuntos privados o revelar algunas opiniones políticas, es conveniente que, al solicitar una entrevista a grandes empresarios, asesores políticos, altos funcionarios o directores de medios, se manifieste el interés por conocer la percepción que ellos tienen sobre asuntos relevantes debido a su alta experiencia o conocimiento del tema. La probabilidad de que la persona acepte ser entrevistada es mayor. Hay que preguntar sobre el punto de vista que tienen para poder averiguar sus acciones y dirimir su ideología. Preguntar directamente por sus ideas o comportamientos puede llevar a que sienta amenazada su privacidad. A pesar de ello, es recomendable iniciar la entrevista con preguntas fáciles sobre los antecedentes educativos o profesionales del entrevistado para que se sienta cómodo, pueda presumir de sus logros, y esté más abierto para las preguntas posteriores.
7.
A la hora de establecer contacto con las élites y solicitar una entrevista, es preferible usar medios de contacto más personales como conocidos en común que impersonales como emails. A pesar de que las redes sociales online como LinkedIn o Twitter puedan parecer distantes, no se deben descartar como medio de contactar a las élites ya que permiten a los miembros de las élites conocer el perfil del investigador o solicitante de la entrevista con solo un par de clics. Por ello, los investigadores siempre deben cuidar los perfiles públicos de sus redes sociales online.
8.
La manera de contactar con las élites no es fácil, por ello son necesarios mediadores que conecten al entrevistador con su entrevistado. Estos conectores pueden ser profesores que tuvo, conocidos vía organizaciones sociales en las que participan las élites, o incluso personas que trabajan para las élites que queremos entrevistar.
9.
Las personas no tenemos tiempo para casi nada. Las élites menos todavía, o al menos eso aparentan. Por ello, la solicitud de una entrevista suele requerir insistencia en llamadas, mensajes, emails, y visitas. Hay que saber valorar el papel clave de asesores, community managers, y secretarios, los cuales son el primer obstáculo que pasar, o potenciales aliados para obtener la entrevista. Aunque para un investigador la entrevista es su prioridad, para un miembro de las élites, la entrevista no está ni siquiera entre las 50 cosas más importantes que hacer en una semana.
10.
Las élites pueden ser personas con un elevado ego y al mismo tiempo con un trato agradable. Debemos aprovechar esta doble actitud para obtener información nueva y rica. Podemos hacerlo preguntando por el punto de vista sobre asuntos geopolíticos, los proyectos de país que tienen en mente, cómo ven el futuro de la sociedad, cómo les gustaría que fuera la economía o cómo alcanzarían estas visiones. De esta manera no invadimos su privacidad, pero nos dicen cómo piensan y qué desean.
11.
Las entrevistas con las elites tienen más forma de conversación que de interrogatorio, por ello el entrevistador debe tener alto conocimiento sobre los temas tratados en la entrevista, y sobre la carrera profesional del entrevistado. El entrevistado suele hacer referencias a sus logros y las posiciones que ha ocupado, por lo que el entrevistador debe conocer lo más posible la vida y obra de las élites que entrevista. Hoy en día, podemos obtener información de las carreras profesionales de las élites en los directorios de las webs de empresas, gobiernos, parlamentos y bases de datos especializadas. Esto garantiza una charla más fluida y suele agradar al ego del entrevistado, que hace referencias constantes a su pasado, conexiones y experiencia profesional.
12.
Varios investigadores han manifestado que ser extranjero ayuda a que el entrevistado esté más abierto ya que permite preguntar por cosas más profundas o puntos de vistas políticos sensibles con la excusa de desconocer los conflictos locales (Ganter, 2017). Por eso, si existe diferencia o distancia cultural entre el entrevistador y entrevistado, esta debe ser aprovechada y no usada como excusa.
13.
Algo similar sucede con la diferencia de sexo entre entrevistador y entrevistado. En las élites hay más hombres que mujeres, y en las carreras de ciencias sociales la tendencia es que haya más mujeres que hombres. La posible condescendencia usada por las élites debe ser aprovechada, por ejemplo, preguntando por cuestiones básicas pero sensibles.
14.
¿En qué le beneficia ser entrevistado al miembro de la élite? ¿Por qué me ha pedido la entrevista a mí y no a otra persona? Estas preguntas están en la mente del entrevistado desde el inicio de la solicitud de la entrevista, por lo que el investigador debe estar preparado para responderlas. Evite resaltar cómo la entrevista ayudará al avance académico ya que eso solo interesa a los académicos, no a los demás. Se recomienda destacar el prestigio del entrevistado o de la institución que representa. “Queremos saber qué proyecto de país (o punto de vista) tienen los que más saben en …, y usted es de las personas con más conocimiento y experiencia en este ámbito”. Nuevamente hay que jugar con el ego de las élites.
15.
Las élites están acostumbradas a mandar, por lo que pueden querer dirigir la conversación o conocer de antemano las preguntas. El entrevistado debe estar preparado para ello y debe disponer de una lista de temas para compartir si se lo solicitan. En la entrevista habrá lugar para introducir nuevas cuestiones.
16.
Seguramente no se podrá escoger el lugar donde tendrá lugar la entrevista, por lo que se debe estar preparado para espacios desconocidos. Puede que la entrevista tenga lugar en un restaurante por lo que es necesario conocer los protocolos básicos de etiqueta. Si la entrevista tiene lugar en la oficina del entrevistado es probable que la entrevista se vea interrumpida por llamadas de teléfono o mensajes. Cada pausa es un buen momento para revisar notas o cambiar de tema cuando se reinicie la entrevista.
17.
Desde el estallido de la pandemia, han proliferado las entrevistas online vía alguna plataforma de comunicación. El entrevistado debe cuidar los detalles de sonido y estar preparado para una conversación menos fluida. Las entrevistas online tienen la ventaja que reducen los costes de desplazamiento y facilitan la transcripción completa usando herramientas como la extensión Tactiq.
18.
También han aumentado las entrevistas vía email donde el entrevistador envía las preguntas y el entrevistado contesta de manera asíncrona, es decir, en algún momento que tenga ganas y tiempo. Existe el riesgo que las preguntas no sean directamente contestadas por el entrevistador, que cuide en exceso sus respuestas para aparentar o evitar contradicciones. Obviamente son entrevistas muy distantes, pero es mejor esto que nada.
19.
Existe la creencia que las élites no permitirán grabar las entrevistas pero, como señala Liu (2018), los gerentes de empresas están acostumbrados a ser grabados, y lo mismo aplica para políticos o directivos de medios de comunicación. Se recomienda siempre que se pueda grabar la entrevista ya que es una forma en la que el entrevistador también aprende de sus errores al volver a escuchar la entrevista.
20.
Una vez que la entrevista finaliza se recomienda mantener el contacto con el entrevistado agradeciendo el tiempo y la disposición. Además, una entrevista es una oportunidad para conseguir otra entrevista. El muestreo por bola de nieve, en la que un sujeto de estudio pone al investigador en contacto con otro sujeto de estudio, es de los más usados en la investigación cualitativa y en entornos de difícil acceso.