También conocido como enlaces corporativos por compartir consejeros, o directorios cruzados, es el indicador más usado para analizar las redes internas entre las élites empresariales. Dos organizaciones están relacionadas entre sí si tienen directivos en común, así quedan conectadas las organizaciones (empresas) y todos los directivos de ambas empresas. Si un directivo es miembro de tres organizaciones, entonces adquiere poder al estar relacionado con tres organizaciones y tener capacidad de acceso a ellas, e incluso puede controlar los flujos de información de una organización con otra. Al mismo tiempo, las tres organizaciones quedan relacionadas entre ellas por este directivo compartido, por lo que se forman redes que pueden ser útiles para emprender acciones colectivas, como lobbying o coordinación de estrategias conjuntas. Las organizaciones conectadas no necesariamente son del mismo sector ni tienen los mismos objetivos o intereses, pero al estar conectadas por compartir personal, pueden activar esas conexiones en caso necesario.

Gran parte del estudio de las redes empresariales o redes corporativas, especialmente en las áreas de negocios y ciencias sociales, se ha realizado a través de la identificación y análisis de interlocking directorates. Por tanto, aquello que conocemos y teorizamos sobre el nivel de cohesión o fragmentación de las redes empresariales, y la importancia de las redes corporativas en aspectos como el rendimiento empresarial, la influencia en políticas, o la organización de las élites empresariales está basado en la observación de la “pluriempleabilidad” de los miembros del consejo de administración de las empresas. Además de para estudiar la organización interna de las élites empresariales (Cárdenas, 2016b) y realizar análisis comparativos (véase Figura 3), el análisis de redes mediante interlocking directorates ha sido empleado para estudiar los vínculos de empresarios con organizaciones como think tanks, ONG o asociaciones políticas (Durand et al., 2022; Luna, 2020; Salas-Porras, 2017).

Figura 3. Comparación entre las redes corporativas por interlocking directorates