2.2 Desigualdades multidimensionales: tres preguntas
Dejando a lado estas tipologías, el carácter multidimensional de las desigualdades sociales se puede visibilizar, a un nivel general, a través de tres preguntas: ¿qué, quiénes y dónde?
La desigual distribución de los ingresos y la riqueza estudiados por los economistas ciertamente tiene un impacto muy negativo en las vidas de las personas que carecen de ellas. Pero existen otros varios bienes colectivos que las personas valoran porque ayudan a mejorar sus condiciones de vida y que son distribuidas de forma muy desigual. Éstos se pueden diferenciar entre bienes esenciales y bienes socialmente deseados. Entre los primeros se encuentran los bienes que las personas eventualmente necesitan para su sobrevivencia física inmediata como el agua, la tierra y la seguridad física. Los bienes “socialmente deseados” incluyen la participación política y la autonomía, la educación y el conocimiento, la salud y un medio ambiente "funcional" o "saludable" (Góngora-Mera 2015). Pero las posibilidades de acceso a estos bienes pueden variar significativamente. En unos casos, el acceso depende de ingresos, en otros no. Las desigualdades socio-económicas y socio-políticas tienden a reforzarse entre sí: menores ingresos y riqueza a menudo se correlaciona con desigualdades políticas, y menor poder político también puede ser responsable de menores ingresos y riqueza (Therborn 2006, 2013; Boyce 2007). Además, las personas que carecen de acceso a los ingresos y/o a los recursos de poder también pueden tener restricciones en su acceso a otros bienes de valor social.
La desigualdad de ingresos se mide individualmente, por ello se habla también de “desigualdades verticales”, entre individuos. Pero, las desigualdades existen también entre grupos de personas dentro de una sociedad. La literatura se refiere a esta discriminación basada en el grupo como “desigualdad horizontal” (Stewart 2008) o “desigualdades categoriales” (Tilly 1998). Los grupos sociales o las categorizaciones sociales que soslayan a las desigualdades pueden ser varias: género, etnia, religión, ciudadanía o edad. En otras palabras, las personas no solo son desiguales porque tienen menos dinero o porque poseen menos, sino también porque son mujeres o personas mayores o porque se identifican con una etnia específica. Por ello se habla también de desigualdades intergeneracionales, desigualdades étnicas o desigualdades de género.
La desigualdad social también tiene un carácter espacial. Las desigualdades no solo importan individual o colectivamente, sino que también pueden estar arraigadas en el espacio o territorio concreto donde las personas viven. Estas asimetrías espaciales se encuentran a nivel global, nacional o regional. Por ejemplo, tomando el nivel global, por el simple hecho de que una persona haya nacido en un país pobre, puede reducir su expectativa de vida por varios años (en Angola es de 60 años, en Alemania 80 años (2018)). También varían derechos de ciudadanía y posibilidades de moverse por el mundo. Respecto a lo segundo, existen varios índices de pasaportes que miden la libertad de viaje de los ciudadanos de un país en función a los reglamentos de entrada de otros países. Se cuentan los países que pueden viajar sin visado. A veces hay grandes diferencias: Alemania ocupa el tercer lugar con 189 países, mientras que Brasil y Argentina (los mejores de América Latina) están en el 19º lugar y Paraguay en el lugar 39.
A nivel nacional pueden existir enormes desigualdades territoriales, es decir asimetrías entre las diferentes unidades subnacionales de un país. En un solo país, territorios con una fuerte capacidad de desarrollo humano existen junto a territorios incapaces de prestar los servicios más básicos a sus ciudadanos. La expresión más visible de este fenómeno es la diferencia entre una metrópolis o capital relativamente rica y las zonas más pobres del interior, o más generalmente entre las zonas urbanas y rurales en una misma política o forma de gobierno. Las implicancias metodológicas de esta perspectiva multi-escalar son grandes: La selección de una escala específica de análisis puede tener efectos en los resultados que se obtienen en las investigaciones sobre desigualdad (Rodrigues-Silveira 2013).