Vilfredo Pareto (1848 – 1923)
Pareto, de padres franceses, nació en Italia y es archiconocido por sus teorías del equilibrio, que señalan que una persona o colectivo no puede alcanzar beneficio o bienestar sin perjudicar a otra. Mientras que Marx defendía que la sociedad se estructura en clases, Pareto habla de una división entre élites y masas. Pero no son élites monolíticas, sino élites que circulan. La historia de los regímenes políticos se produce por el sucesivo nacimiento y muerte de élites. Para el autor italiano, en la sociedad hay un agregado de personas, una clase selecta en la cúspide, que define como la aristocracia. Dentro de la aristocracia existen personas con los suficientes méritos y recursos que forman parte de la clase selecta del gobierno. Pareto es consciente de que las aristocracias son finitas, y de ahí que la historia “sea un cementerio de aristocracias”. Esta interpretación para el autor presupone una repetición indefinida de la historia en la cual, una minoría arrebata el poder a la mayoría y se erige en minoría dominante. Esta minoría, élite, es un fenómeno permanente, sin embargo, estas élites no son permanentes per se, por el contrario, declinan, degeneran y mueren a distintos ritmos y velocidades. Estas transiciones disminuyen la cantidad y la calidad de las élites, favoreciendo el ascenso de nuevos elementos procedentes de otros sectores del agregado social. Ello pone en funcionamiento “la circulación de las élites”. Mediante la circulación, una nueva élite se llena de fuerza y vigor incorporando otras clases sociales, por lo que la circulación de las élites es la esencia de la historia. Los levantamientos populares en ese sentido no sirven necesariamente al pueblo, sino a la caída de una vieja élite y al surgimiento de una nueva élite.
Pareto usa el concepto de élite para referirse a algunos individuos que son superiores a otros dada su inteligencia, carácter, habilidad, capacidad y poder. La élite es la que tenga el perfil más alto, “la clase selecta” de gobierno, es decir, la que directa o indirectamente ejerce un notable poder, mientras que el resto, lo forma la clase selecta no de gobierno. Ambas forman la clase superior de la sociedad. El estrato bajo o no élite son los elementos que no tienen influencia y son la mayoría de la población. El control de las élites sobre estas masas dependerá o de la fuerza o del consentimiento. Para el dominio sobre las masas, las élites podrán cooptar elementos de la clase gobernada para el ejercicio de la fuerza, o para el desarrollo del arte.
En torno a las disputas por el poder de las élites, Pareto define una serie de mecanismos por medio de los cuales las élites pueden defenderse de quienes amenazan su poder. Estos mecanismos son la muerte, persecución, cárcel, ruina económica, exilio, o incluso incorporaciones a la clase dominante.