2.3 Los grupos económicos familiares
Los estudios sobre América Latina han reconocido que las élites económicas latinoamericanas suelen aglutinarse en torno a una empresa familiar o un conglomerado empresarial: familia Luksic en Chile, familia Bulgheroni en Argentina, familia Romero en Perú, familia Garza y familia Slim en México, y familia Poma en el Salvador, entre otras. El origen de estas élites ha estado relacionado con una empresa buque bandera o con el acaparamiento de un mercado nacional en energía, banca o telecomunicaciones. Son grupos que en el devenir de las últimas décadas han diversificado sus inversiones aprovechando la privatización de pensiones, electricidad, telecomunicaciones, seguros o banca, pero también posibilitando nuevas inversiones a través de la apertura de nuevos mercados y la internacionalización del capital. La demarcada presencia de familias entre las principales élites económicas latinoamericanas ha definido a su vez que exista poca separación entre propiedad y control de las empresas (Bull et al., 2014; Schneider, 2012).
La organización empresarial también ha variado en torno a las diferencias de tamaño del país y sobre todo las características de los modelos desarrollo. Por ejemplo, en países pequeños como los de América Central, los grupos empresariales se han diversificado en torno a los sectores de servicios aprovechando la llegada de remesas del extranjero y el consumo. Los grupos económicos centroamericanos se articulan alrededor de centros comerciales, turismo y desarrollo inmobiliario. En países grandes, como México, Argentina y Brasil, ha habido mayormente articulación en torno a grandes grupos empresariales en banca y finanzas, sectores energéticos, telecomunicación y los relacionados con la extracción y exportación de materias primas. Mientras en América Central los grupos diversificados mayormente colaboran con el capital transnacional, en México y América del Sur los capitales nacionales se han convertido en jugadores de primera línea del capitalismo global.