Además de las particularidades en torno a su organización en forma de grupos económicos familiares diversificados, lo trabajos sobre las élites económicas han destacado el papel de las organizaciones empresariales. Se ha destacado que las organizaciones o cámaras empresariales han aprovechado un portafolio de acciones a su disposición para defender posiciones colectivas, intereses sectoriales y aprovechar incentivos estatales como consultas institucionales, acceso privilegiado a la formulación de políticas, fondos económicos y participación en empresas o órganos públicos. A cambio, los actores estatales buscan generar apoyo, reducir oposición, acceder a información, o buscar cooperación en la implementación de políticas (Schneider, 2010). Incluso, estas asociaciones empresariales han intervenido en proceso de paz (Miklian & Rettberg, 2017).